Loose Collector The Crypt The Yeti Action Figure

En el corazón más oscuro del Himalaya, donde los vientos susurraban como alientos moribundos, y la nieve cae como un sudario, algo antiguo merodea. No un guardián, sino un depredador, silencioso, hambriento e implacable. Lo llamaban el YETI, sin pronunciar su verdadero nombre, porque decirlo en voz alta era invitar a su mirada.

La montaña es su reino, vasto y vacío, donde el frío roe los huesos y el aire se siente cargado de ojos invisibles. No deja huellas, ni rastros, solo el silencio profundo e inquietante que sigue a su paso. Aquellos que se adentran demasiado en sus dominios se desvanecen sin hacer ruido, como si fueran tragados por la montaña misma.

Por la noche, cuando el viento muere y el mundo contiene la respiración, el Yeti se mueve. Una sombra, vasta y fría, que se deslizaba por la nieve. Los pocos que dicen oírlo hablan de un gruñido bajo, profundo y escalofriante, llevado por el viento. Pero nadie se atreve a seguirlo.

Siempre está observando. Siempre esperando. Y aquellos que se aventuran demasiado cerca nunca sabrán qué los llevó. Sólo el vacío de la montaña, y el eco de pasos demasiado grandes para ser humanos.